Lo sé, ahorrar es difícil y es lo que me transmiten muchas personas, pero ¿por qué?
Vamos a verlo juntos…
Día 1: Cobras tu sueldo
Día 2 al 10:
- Llega el cobro de la tarjeta
- Alquiler / Hipoteca
- Luz
- Agua
- Gas
- Teléfono
- Internet
- …
Durante el mes, otros gastos en efectivo o tarjeta como:
- Comida
- Limpieza
- Comunidad
- Farmacia
- Ropa
- Transporte (gasolina o metro)
- Ocio
- Restaurantes
- …
Llega el día 25, miras el dinero restante que queda y…
¿qué ha pasado? ¿pero si casi no tengo dinero?
Algunas personas utilizarán la tarjeta para los últimos pagos y aplazarán esos pagos en los próximos meses.
Otras personas se “apretarán el cinturón” con la comida, o saldrán lo justo y necesario de casa para no hacer gasto.
Vale, y ¿dónde está el ahorro? ¿No queríamos ahorrar?
Pues nada, a ver si el mes que viene puedo ahorrar algo, por poco que sea, que este mes ha sido complicado.
Es normal que esto te suene, porque al 95% de las personas le ocurre lo mismo.
Si consiguieses un poco más de dinero, ya sea por un ascenso, un cambio de trabajo o un ingreso puntual, seguramente la historia fuese la misma porque solemos utilizar todo el dinero disponible que tenemos pero, al no tener un control sobre ese dinero, acabamos llegando muy justos a final de mes.
En esta historia hay algo bueno para extraer y es que, pase lo que pase, estás llegando a fin de mes y buscando soluciones para llegar.
Igual la solución no es la mejor todavía, como utilizar la tarjeta y pagarlo después a plazos, pero por lo menos estás utilizando medidas para llegar a fin de mes.
O incluso te has “apretado el cinturón” en la última semana y, aun siendo muy diferente a las 3 primeras semanas, has podido llegar al día 1 de nuevo.
De una u otra forma, estás llegando a fin de mes y sobreviviendo. No queda otra.
Pero el objetivo es ahorrar, ¿no?
En el próximo post te explicaré cómo debes ahorrar para conseguir construir ese colchón económico que te haga dormir con tranquilidad por las noches 😉